Muchas veces cuando tomamos vacaciones nos olvidamos de las dietas y nos entregamos tranquilamente al consumo excesivo de comida.
Luego, cuando regresamos de las vacaciones, descubrimos, con pesar, que los pantalones no nos quedan y que la báscula nos muestra la cruda realidad: Un aumento de peso. ¿Cuáles son los hábitos alimenticios peligrosos en vacaciones? y ¿Qué podemos hacer al respecto?
A continuación, algunos de ellos:
A continuación, algunos de ellos:
El tomar aperitivos con cerveza o vino Se debe evitar tomar estos aperitivos, ya que, en conjunto con bebidas alcohólicas, engordan con relativa facilidad.
El picoteo incontrolado Cada vez que se sienta ansias de picar, se puede consumir una fruta picada como una piña, mandarina o incluso una pera.
El tomar bebidas azucaradas. Tan frecuentes en vacaciones y a la vez, tan nefastas para nuestra silueta. Es cierto que constituyen un tentempié habitual por el efecto saciante del gas y el azúcar que contienen, pero se debe tener presente que equivalen en calorías a otros alimentos más saludables como el yogur, un plato de cereales, un batido natural o dos piezas de fruta.
Los pequeños dulces durante todo el día. Su gran peligro es que comienzan siendo pequeñas excepciones y acaban convirtiéndose en una costumbre. Además de ser carbohidratos muy elaborados, contienen muchas calorías y pocas o ninguna vitaminas y minerales.
Los helados y los pasteles en verano y los turrones y mazapanes en invierno. El heladito que tomamos a cualquier hora sin saber al final del día cuántos se han comido o los dulces correspondientes después de comer son para nuestra figura un verdadero pecado. Recurre a las alternativas dietéticas.
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