El término hambre se refiere a la ansiedad que se siente por los alimentos en general, y se manifiesta a través de una sensación de opresión en la boca del estómago, que llega incluso a generar dolor.
El apetito, por el contrario, implica el deseo por un alimento en específico. Ahora bien: la ansiedad por comer es un trastorno de la conducta alimentaria, que se caracteriza por una ingesta excesiva, trayendo como consecuencia el descontrol del apetito.
Origen multifactorial La ansiedad puede ser causada por varios factores, como lo son: el estrés, la sensación de bienestar que se produce al momento de comer, dietas desequilibradas, el no tener un horario, o realizar de dos a tres comidas por día, el consumo de bebidas alcohólicas, el tabaco, y la falta de descanso o sueño, entre otros.
Recientes investigaciones han demostrado que la ingesta de alimentos depende de factores fisiológicos (distensión del estómago, presencia de hormonas neuronales e intestinales, glucosa y otros combustibles en la sangre, etc.), pero también de elementos ambientales, como los horarios de las comidas y la apariencia de los alimentos.
¡Adiós ansiedad!
Según especialistas en nutrición clínica, se debe identificar qué se está haciendo mal en la alimentación, o acudir con un experto en la materia, para diagnosticar qué problemas médicos pudieran estar ocasionando algún descontrol en las sensaciones de hambre. Sin embargo, no se debe olvidar que todas las personas tienen metabolismos distintos.
¿Qué hacer?
Los siguientes tlps para controlar el apetito, serán de gran ayuda para que tengas una v¡da más saludable y disminuyas tus niveles de ansiedad; sin embargo, es importante que tengas confianza y fuerza de voluntad para garantizar el logro de este objetivo:
1. Establece un horario y come varias veces al día. Esto te ayudará a controlar el apetito. Puedes hacer tres comidas principales y dos meriendas, una durante la mañana y una en la tarde (consume frutas o galletas integrales). De esta manera, evitarás que la ansiedad por la comida se vuelva una sensación compulsiva.
2. Toma mucho líquido durante el día, hasta alcanzar ocho vasos de agua; esto te ayudará a disminuir la sensación de hambre. Antes de comer cualquier cosa, toma primero uno o dos vasos de agua. ¡Verás los resultados efectivos!
3. Reduce el consumo de bebidas excitantes, como el café, el té, el chocolate, y azúcares que solo agravan el problema. Preferiblemente toma líquidos
o infusiones relajantes, como la valeriana, manzanilla, etc.
o infusiones relajantes, como la valeriana, manzanilla, etc.
4. Come sentada en la mesa, de un modo tranquilo y ordenado (sin mezclar platos).
5. Disminuye el consumo del azúcar simple en postres, confites, chocolates, helados, jugos artificiales, etc. Este tipo de alimentos ricos en azúcares simples, hacen que el apetito vuelva dentro de poco tiempo de haberlos consumido.
6. Cuando tengas un antojo de algún alimento, espera por lo menos 10 minutos antes de consumirlo.
Muchas veces se producen por ansiedad o tensión del momento, y realmente no es lo que se quiere consumir. Si esperas un rato, muchas veces olvidas que tenías el antojo, y no lo comes.
7 Evita comprar o cocinar cuando tengas hambre.
8. Practicar la respiración consciente o yoga, también será beneficioso. Si respiras de un modo más pausado y profundo, el estado de ansiedad también tiende a desaparecer,
9 Acude al médico de manera regular. Llevar un control responsable ayuda a prevenir enfermedades.
Toma en cuenta
En la mayoría de los casos, la ansiedad tiende a mantenerse, incluso a extenderse y generalizarse. Intentar sobreponerse a base de fuerza de voluntad, muchas veces no es efectivo. Lo más conveniente es tratarse lo antes posible.
La gran mayoría de los casos mejoran siguiendo el tratamiento adecuado. Busca la ayuda de un nutricionista experto en la materia. Acéptate y valórate más. Si estás satisfecha con tu vida, tendrás un mayor control sobre lo que comes, y de esta manera no dependerás de algo externo para sentirte bien.
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