Muchas personas piensan que el verdadero enemigo de adelgazar es la grasa y, por ello, desean prescindir completamente de ésta de su alimentación diaria.
Es importante observar que es necesaria cierta cantidad de grasa en la alimentación, ya que el organismo lo requiere para su correcto funcionamiento. El verdadero problema surge cuando se ingiere de más.
Existen ciertas recomendaciones sencillas para mantener bajo control el consumo de grasas que a continuación se detallan:
Tomar lácteos desnatados En las recetas caseras se incluyan entre sus ingredientes crema de leche o leche entera, se debe utilizar la versión desnatada, leche evaporada o suero de leche. Si se trata de salsas, puedes emplear yogur para elaborarlas sin perder todo su sabor ni su textura.
Sustituir los fritos, rebozados, empanados o guisos grasos por alimentos cocinados a la plancha, al horno y al vapor.
Cocinar con aceite de oliva, naíz, girasol, sésamo. No usar mantequilla, la manteca, los productos elaborados con aceites de coco y de palma y las grasas que se obtienen a partir de ellos
Usar dos claras de huevo en lugar de una yema siempre que puedas y estarás dejando de tomar el colesterol que se concentra en ella.
No espesar las salsas con harina, sino con puré de verdura o dejándola reducir más tiempo al fuego.
Tomar preferiblemente pan integral, más rico en fibra. Acompañar cada comida con 30 o 40 gramos evita el estreñimiento y te ayuda a que la grasa no se acumule tan fácilmente.
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