Si dedicaras unos minutos a hacer una relación de todas las variedades de ensaladas que existen, necesitarías más tiempo del que a priori crees. La lista es interminable.
¿La base? Lechuga, endibias, escarola o col, pero a ellas puedes unir cientos de ingredientes muy poco calóricos.
Es uno de los platos más divertidos de planear porque, como si de un puzzle se tratara, te permite ir encajando diferentes piezas. El resultado, a no ser que añadas más de 5 elementos (champiñones laminados, pipas, maíz, manzana, etcétera) será siempre un plato bajísimo en calorías.
Moderniza lo verde
Es el color que te viene a la mente al pensar en ellas. Es la base más clásica para cualquier ensalada y además ahora, que se venden todo tipo de hojas verdes lavadas y troceadas, ya no te tienes que limitar a la clásica lechuga.
Sabores y texturas diferentes: Rúcula, canónigos, hoja de roble, escarola, achicoria, endibias... Tienes muchas opciones, elige las propias de
cada temporada, por separado o mezcladas entre ellas, y con toda clase de acompañamientos y así probarás nuevos sabores todo el año.
Las calorías negativas: Son las que poseen estas hojas verdes ya que se gasta más en metabolizarlas que lo que ellas aportan: la lechuga contiene 13 kcal por 100 gramos mientras que el cuerpo gasta unas 40 al consumirla. Puedes comerlas en cantidad porque sacian y no llevan nada de grasa.
El placer de la variedad
Y por supuesto, no debes limitarte al verde, tienes más posibilidades:
Pasta y arroz: Con palitos de cangrejo, maíz, verduras, incluso tiras de carne o pollo para elaborar un "plato único".
Legumbres: Un plato frío de garbanzos o lentejas combinará con todo: verduras, pescado, frutos secos...
Patatas: Son perfectas para una comida completa: con atún pimiento, tomate, asadas, en puré o incluso con carnes en fiambre.
Deseas darle un toque profesional?
Semillas: de lino, amapola o sésamo, por ejemplo, son un buen aderezo de una ensalada verde. Espolvorea un puñado antes de empezar a comer. Realzarás el sabor sin una caloría de más.
Pipas. Son una excelente fuente de grasas "buenas" que reducen el colesterol y cuidan tu corazón. Una cucharada en tus ensaladas te encantará.
Berberechos. No solo son un excelente aperitivo, puedes incorporarlos a un sinfín de recetas. Están llenos de minerales y nada de grasas así que innova con ellos sobre una ensalada de pasta oen un plato de legumbres. El resultado te sorprenderá.
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