Dejar de comer. Si te saltas alguna de las comidas, es probable que tu cuerpo te pida comer algo en un momento puntual. Y ahí comienza el desequilibrio, porque eso te llevará a que tampoco comas adecuadamente en la siguiente comida principal, con lo que volverás a tener hambre pasadas unas horas, de nuevo "cuando no toca".
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domingo, 5 de octubre de 2014
Errores que se cometen cuando queremos adelgazar
En ocasiones, cuando comprobamos que tenemos un sobrepreso (a veces lo notamos sólo porque no nos queda el talle de siempre) y se nos aproxima un evento o fiesta importante, tendemos a actuar a la desesperada.
A continuación se presentan algunos errores que cometemos con frecuencia cuando queremos adelgazar de forma rápida:
Dejar de comer. Si te saltas alguna de las comidas, es probable que tu cuerpo te pida comer algo en un momento puntual. Y ahí comienza el desequilibrio, porque eso te llevará a que tampoco comas adecuadamente en la siguiente comida principal, con lo que volverás a tener hambre pasadas unas horas, de nuevo "cuando no toca".
Para evitar el sobrepeso y no entrar en este círculo vicioso te conviene ser regular en tus comidas y combinar todos los tipos de alimentos. ¿Un truco para lograr esto último y que no te falte ningún nutriente que luego te lleve a comer de más? Proponte incluir siempre en todos los platos que prepares alimentos de diferentes colores y texturas. Así garantizas la diversidad.
Fumar más. Está muy extendida la idea de que las fumadoras no engordan porque el cigarrillo les impide comer fuera de horas.
Sin embargo esa afirmación no es del todo cierta, además de que realmente no vale la pena poner en riesgo todo el organismo por evitar unos cuantos kilos.
No tomar fruta. Hay quien, a sabiendas de que aporta glucosa que (en exceso) puede incrementar las reservas de grasa, decide suprimirla de la dieta. Sin embargo, tiene un poderoso efecto saciante que te conviene, en especial la naranja, la manzana y la uva.
Beber más refrescos. Hay quien ha modificado arbitrariamente la recomendación de beber más y ha creído entender que cualquier cosa es válida. Es aconsejable beber gran cantidad de agua, porque además de su efecto saciante ayuda a quemar calorías; pero no puede decirse lo mismo de las bebidas gaseosas y zumos azucarados.
Las primeras pueden aportar demasiado sodio y las segundas suelen tener muchos azúcares añadidos, lo cual incrementa el riesgo de sumar calorías extra y propiciar la retención de líquidos en el organismo.
Recurrir a los productos quemagrasa sin ningún control. Aunque en la actualidad existen multitud de laboratorios dedicados a elaborar este tipo de productos, conviene no recurrir indiscriminadamente a ellos. Lo más adecuado es hacerlo con el consentimiento y control del especialista que esté haciendo el seguimiento de tu pérdida de peso.
Masticar te ayuda, pero no todo vale Algunas personas se ven incapaces de controlar su apetito y recurren a remedios de todo tipo. Puntualmente pueden ser una solución, pero no deben ser la tabla de salvación permanente para evitar el picoteo. No caigas en abusos al:
Mascar chicles. Recurrir a ellos ocasionalmente puede ser una estupenda manera de controlar el apetito (siempre que ya hayas aportado a tu organismo el alimento necesario para funcionar). Sin embargo, no conviene caer en el exceso porque los chicles sin azúcar contienen xilitol y, si se abusa, pueden provocarte irritación en la muscosa intestinal e incluso diarreas.
Tomar regaliz. Es muy habitual entre las personas que desean controlar su peso, sin embargo, no se recomienda si se padece hipertensión, diabetes, enfermedades del hígado, insuficiencia renal o déficit de potasio.
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