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domingo, 12 de enero de 2014

Dieta depurativa

El siguiente modelo de dieta permite seguir llevando una vida activa y a la vez depurar el organismo. 

La podemos seguir durante el tiempo que necesitemos, pues aporta nutrientes de buena calidad, así como vitaminas y minerales en cantidad suficiente. Es una buena opción para cuando nos sentimos «sucios por dentro», muy pesados o hemos ganado algún kilo de más.
 
Es importante hacerla tal como está planificada, pues se respeta la combinación de los alimentos, haciendo así que sea realmente digestiva y sobre todo, muy depurativa.

Durante su realización no conviene consumir café, leche (aunque sí se pueden tomar yogures o kéfir), ni azúcar; en todo caso, un poco de sirope de arce, o de miel de abejas, para endulzar.
 
Si eres fumador, lo ideal sería prescindir del tabaco durante estos días o, si no puedes lograrlo, rebaja la cantidad el máximo posible.
 
Modelo de dieta depurativa
 
Desayuno: Fruta del tiempo madura, si es posible de cultivo biológico. Comer en la cantidad que se necesite hasta saciar el hambre, sin mezclar frutas acidas con otras muy dulces.
 
A media mañana: Zumo natural o alguna pieza de fruta (puede ser otra clase de fruta distinta a la del desayuno) y/o una infusión depurativa (más adelante está la receta).
 
Mediodía:
—Primer plato: ensalada variada, aliñada con aceite de oliva virgen de primera presión (no añadir atún, anchoas, ni huevo duro).
— Segundo plato: mijo o arroz integral hervidos o patatas al horno (si son biológicas comerlas con la piel). Aliñar con un poco de aceite y gomasio (sésamo molido con sal). —Postre: los postres más adecuados son yogur, kéfir o compota de manzana sin añadir azúcar refinado, o tal vez un poco de sirope o miel de caña.
 
Merienda: Zumo de hortalizas frescas o de frutas lo más natural posible. Si tienes hambre, puedes tomar alguna pieza de fruta entera y/o una infusión de melisa, tomillo o manzanilla, por ejemplo.
 
Cena:
— Primer plato: verduras al vapor, al horno o cocidas en poca agua. Pueden ser todo tipo de verduras; pero son más convenientes las de raíz, como la zanahoria o el nabo, y legumbres como las judías tiernas o los guisantes. 
—Segundo plato: alternar un día lácteos como yogur, kéfir, requesón o queso tierno con frutos oleaginosos como avellanas, almendras, nueces y piñones. Acuérdate de que necesitan ser muy bien masticados.

 

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