* Elabora un postre "vistoso" pero con mucha agua, que te ayudará a mejorar la digestión de la comida. Una estupenda idea es preparar un sorbete de limón, aunque también puedes tomar otros que hagas en casa a base de agua, otras frutas y estevia (edulcorante natural).
Si el segundo plato es excesivo
* Nada mejor como entrante en este caso que una sopa o crema de verduras, que estimulan la digestión y dan sensación de plenitud. Otra opción es una ensalada porque es un plato saciante, de bajo contenido calórico (te aporta agua y nada de grasa), que también te ayuda a tomar menor cantidad del plato siguiente.
* Una pieza de fruta que favorezca la digestión, como la pina o la papaya, es la mejor opción en este caso para postre, puesto que los pescados y las carnes elaborados con salsa llevan una gran cantidad de grasa que dificultan este proceso. La pina contiene bromelina y la papaya pa-paína, dos sustancias que ayudan a digerir mejor.
* Lo mejor es que el primer plato sea hipocalórico.por lo que tu mejor opción vuelven a ser las ensaladas. En este caso, si caes en el deseo de comer un postre muy contundente, tenlo en cuenta y no cedas a más concesiones ni durante esa comida ni en la cena. También puede ser buena idea tomar un segundo como plato único.
* De segundo, un pescado al horno con verduras (pimiento, berenjena, calabacín...) contrarrestará el exceso calórico del postre. Recuerda que al añadir verduras a tus platos, los enriqueces con vitaminas, minerales y ñbra, y apenas sumas calorías. Pero para que eso sea así, no las condimentes con salsas; alíñalas con hierbas provenzales.
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