La grasa es el tejido de reserva más abundante del cuerpo humano y una de sus funciones es la de protegernos del exterior, por ejemplo frente a algunos cambios de temperatura.
Es, además, un componente esencial de las membranas de todas nuestras células. Y, al contrario de lo que algunos pudieran pensar, no se trata de una masa inerte sino que es un tejido activo y dinámico sometido a múltiples cambios ya que se renueva constantemente.
Y tiene, además, una función endocrina: sus células (los adipocitos) se comportan casi como un órgano más y son capaces de sintetizar o crear sustancias que mantienen el cuerpo en equilibrio. Por eso, es imprescindible para la salud mantener una cantidad mínima de grasa en el cuerpo. El problema surge cuando se superan unos máximos.
Es, además, un componente esencial de las membranas de todas nuestras células. Y, al contrario de lo que algunos pudieran pensar, no se trata de una masa inerte sino que es un tejido activo y dinámico sometido a múltiples cambios ya que se renueva constantemente.
Y tiene, además, una función endocrina: sus células (los adipocitos) se comportan casi como un órgano más y son capaces de sintetizar o crear sustancias que mantienen el cuerpo en equilibrio. Por eso, es imprescindible para la salud mantener una cantidad mínima de grasa en el cuerpo. El problema surge cuando se superan unos máximos.
Las prisas, los genes y las hormonas
Las razones por las que la grasa tiende a acumularse en la zona abdominal son muy variadas. Y no todo se debe a la herencia familiar. En realidad, habría que echar el 50% de la culpa a los genes predominantes en la familia y el mismo porcentaje al entorno. En concreto, se sabe que la grasa abdominal se debe a:
■ El estrés continuado. Llevar continuamente un ritmo de vida muy rápido provoca una serie de
reacciones en cadena sobre las hormonas (que comienzan con la mayor cantidad de corticoides naturales que circulan por el cuerpo), lo que acaba favoreciendo el acumulo de la grasa visceral.
■ La menopausia. En mujeres jóvenes obesas el tejido adiposo también se concentra en la barriga y cintura, pero es a partir de la menopausia cuando se convierte en tendencia, incluso entre las más delgadas. ¿La razón? Una enzima conocida como lipoproteínlipasa, que deja de "atraer" la grasa hacia los glúteos y las caderas y la concentra en la zona del abdomen.
■ Abusar de alimentos que "tienen una gran predilección" por quedarse en el abdomen. Aunque no existen estudios que lo certifiquen con total certeza, se sabe que un exceso de hidratos de carbono simples (pan blanco, bollería, caramelos, etcétera) se acaba convirtiendo en un abdomen abultado.
■ La falta de músculo. Ejercitar los músculos por poco que sea (también los abdominales) quema más calorías porque es un tejido aún más activo que la grasa.
Entonces nos preguntamos, qué podemoa hacer para quemar toda esa grasa que tenemos en nuestro abdomen y la respuesta más sencilla es mediante deterinados ejercicios que podemos realizar a diario, sin matarnos, nos pueden ayudar. .
Ejercicios quema grasa abdominal
Ejercicio quema grasa abdominal #1: Hipopresivos de pie La gimnasia hipopresiva logra que nuestro abdomen se vea plano. Hay que hacer los movimientos expulsando primero mucho aire de los pulmones.
Colócate de pie con las piernas a la anchura de las caderas e inclina el cuerpo ligeramente hacia delante. Pon las manos frente a tu cuerpo con los dedos entrelazados. Sopla 3 veces con mucha fuerza e inspira profundamente elevando la caja torácica y llevando el ombligo lo más pegado posible a la espalda. Inspira y espira a continuación de forma suave y rítmica, sin perder la postura de máxima contracción. Incorpórate 10 segundos y repite. Empieza haciendo 3 repeticiones y, poco a poco, intenta llegar a varias series de 8 respiraciones completas en máxima contracción abdominal.
Ejercicio quema grasa abdominal #2: Hipopresivos en la postura del "gato" Este ejercicio, además de contribuir a quemar grasa abdominal , también es ideal para relajar y "descargar" la espalda tras acabar la jornada.
Deja ahora el peso de tu cuerpo repartido entre las manos, que debes colocar en el suelo separadas a una distancia similaral ancho de tus hombros. Las rodillas las debes dejar separadas coincidiendo aproximadamente con el ancho de tus caderas.
Suelta 3 veces todo el aire que haya en tus pulmones y, a continuación, inspira profundamente arqueando la espalda y llevando el ombligo hacia el techo. Mete la cabeza entre los hombros y estira el cuerpo elevando la caja torácica.
Inspira y espira 6 veces y descansa. Haz 3 series de 8 repeticiones y reposa sentándote sobre tus talones y estirando la espalda y los brazos mientras respiras suavemente.
Las razones por las que la grasa tiende a acumularse en la zona abdominal son muy variadas. Y no todo se debe a la herencia familiar. En realidad, habría que echar el 50% de la culpa a los genes predominantes en la familia y el mismo porcentaje al entorno. En concreto, se sabe que la grasa abdominal se debe a:
■ El estrés continuado. Llevar continuamente un ritmo de vida muy rápido provoca una serie de
reacciones en cadena sobre las hormonas (que comienzan con la mayor cantidad de corticoides naturales que circulan por el cuerpo), lo que acaba favoreciendo el acumulo de la grasa visceral.
■ La menopausia. En mujeres jóvenes obesas el tejido adiposo también se concentra en la barriga y cintura, pero es a partir de la menopausia cuando se convierte en tendencia, incluso entre las más delgadas. ¿La razón? Una enzima conocida como lipoproteínlipasa, que deja de "atraer" la grasa hacia los glúteos y las caderas y la concentra en la zona del abdomen.
■ Abusar de alimentos que "tienen una gran predilección" por quedarse en el abdomen. Aunque no existen estudios que lo certifiquen con total certeza, se sabe que un exceso de hidratos de carbono simples (pan blanco, bollería, caramelos, etcétera) se acaba convirtiendo en un abdomen abultado.
■ La falta de músculo. Ejercitar los músculos por poco que sea (también los abdominales) quema más calorías porque es un tejido aún más activo que la grasa.
Entonces nos preguntamos, qué podemoa hacer para quemar toda esa grasa que tenemos en nuestro abdomen y la respuesta más sencilla es mediante deterinados ejercicios que podemos realizar a diario, sin matarnos, nos pueden ayudar. .
Ejercicios quema grasa abdominal
Ejercicio quema grasa abdominal #1: Hipopresivos de pie La gimnasia hipopresiva logra que nuestro abdomen se vea plano. Hay que hacer los movimientos expulsando primero mucho aire de los pulmones.
Colócate de pie con las piernas a la anchura de las caderas e inclina el cuerpo ligeramente hacia delante. Pon las manos frente a tu cuerpo con los dedos entrelazados. Sopla 3 veces con mucha fuerza e inspira profundamente elevando la caja torácica y llevando el ombligo lo más pegado posible a la espalda. Inspira y espira a continuación de forma suave y rítmica, sin perder la postura de máxima contracción. Incorpórate 10 segundos y repite. Empieza haciendo 3 repeticiones y, poco a poco, intenta llegar a varias series de 8 respiraciones completas en máxima contracción abdominal.
Ejercicio quema grasa abdominal #2: Hipopresivos en la postura del "gato" Este ejercicio, además de contribuir a quemar grasa abdominal , también es ideal para relajar y "descargar" la espalda tras acabar la jornada.
Deja ahora el peso de tu cuerpo repartido entre las manos, que debes colocar en el suelo separadas a una distancia similaral ancho de tus hombros. Las rodillas las debes dejar separadas coincidiendo aproximadamente con el ancho de tus caderas.
Suelta 3 veces todo el aire que haya en tus pulmones y, a continuación, inspira profundamente arqueando la espalda y llevando el ombligo hacia el techo. Mete la cabeza entre los hombros y estira el cuerpo elevando la caja torácica.
Inspira y espira 6 veces y descansa. Haz 3 series de 8 repeticiones y reposa sentándote sobre tus talones y estirando la espalda y los brazos mientras respiras suavemente.
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