Comer menos calorías es, obviamente, un requisito básico para controlar tu peso.
Sin embargo, para que esta fórmula funcione, debes convertir una premisa en el lema de tu dieta: olvídate de los platos repetitivos, demasiado sencillos y aburridos. Come menos, pero sin que eso represente un esfuerzo. ¿Cómo conseguirlo?
Cocinando propuestas apetitosas que, a la vez que te reducen las calorías, son completas. Con ellas no prescindes de ningún nutriente y te levantas de la mesa saciada y sin sensación de "sacrificio".
Un plato que quema calorías
Las sopas son unas estupendísimas aliadas de tu dieta. Por ello, verás en los menús que te proponemos para todo el mes que en muchas ocasiones el primer plato de la comida o la cena se basa en cremas o sopas, que puedes cocinar frías o calientes según te apetezca justo en el momento de sentarte a la mesa.
Son saciantes: Estas preparaciones tienen una base líquida, por lo tanto ocupan más espacio en tu estómago y lo llenan ya al inicio de la comida.
Te depuran por dentro: Ya sabes la importancia de beber líquidos para facilitar la función depurativa de toxinas de tu organismo. Y estas recetas son un complemento perfecto a todo el resto de bebidas que ingieras en el día.
Pocas calorías y un "plus": A pesar de que "son agua" y el cómputo de calorías es mínimo, recibes los nutrientes de los alimentos que añadas. Échale imaginación y elabora tus propias versiones.
Elementos que puedes añadir a las sopas
Huevo cocido. Un aderezo perfecto para el consomé de ave. Hierve un huevo y pica la yema por un lado y la clara por el otro. Espolvorea un poco de cada en el momento de servir.
Granos de maíz. El maíz hervido dará un toque dulce que animará tus recetas. Una cucharadita de maíz en conserva escurrido encima de una crema o sopa gustará incluso a los niños.
Champiñones laminados. Son uno de los alimentos más saciantes y con muy pocas calorías. Puedes salpicar con ellos una crema de verduras y ganarás en sabor y propiedades
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