A la hora de adelgazar existen muchas ideas y conceptos que nos confunden y que acaban en ocasiones dificultando nuestro proceso de pérdida de peso.
Son los famosos "mitos" que no son más que leyendas urbanas sobre alimentos y hábitos que nos hacen engordar o adelgazar y que no tienen una base verídica. Conócelos a continuación:
Está prohibido en múltiples dietas porque se considera "pesado" debido a su gran cantidad de hidratos de carbono (23,43 g). Pero no tiene por qué engordar si se toma en las cantidades adecuadas.
En realidad, el plátano es rico en potasio, que aporta mucha agua (74,2 g), ayuda a eliminar líquidos y solo tiene 92 calorías por cada 100 g.
Solución: Para aprovechar su poder saciante por la fibra que contiene (2,4 g), es mejor tomarlo entre horas, si el hambre aprieta. Trata de no comerlo tras una comida rica en grasas, ya que, según Montignac, experto en dietas, tu organismo las acumularía rápidamente.
Mito #2: No cenar ayuda a adelgazar
El problema está en la posibilidad que quizá no aguantes hasta el desayuno y te des un atracón nocturno. Además, se ralentizas tu metabolismo, que se acostumbra a gastar menos energía.
El problema está en la posibilidad que quizá no aguantes hasta el desayuno y te des un atracón nocturno. Además, se ralentizas tu metabolismo, que se acostumbra a gastar menos energía.
Según investigaciones realizadas, no se debe dejar de cenar ni tomar solo fruta en la cena, pues es una comida desequilibrada, sin proteínas, calcio y hierro. Y unas 4 piezas tienen 10 cucharadas de azúcar, unas 800 calorías. En lugar de adelgazar, engorda.
Solución: Es mejor tomar verdura, pescado a la plancha y una fruta o lácteo desnatado. Y beber dos litros de agua al día hidrata, sacia y ayuda a eliminar desechos
Mito #3: No comer grasas adelgaza
No te centres en qué comes, sino en cuánto. Puedes tomar grasa pero sin exceso. Según Montignac, al combinarla con hidratos el organismo genera más insulina, y se acumula en el organismo en forma de grasa, en vez de potenciar su gasto.
No te centres en qué comes, sino en cuánto. Puedes tomar grasa pero sin exceso. Según Montignac, al combinarla con hidratos el organismo genera más insulina, y se acumula en el organismo en forma de grasa, en vez de potenciar su gasto.
Solución: La dieta mediterránea, con aceite de oliva y ácidos omega-3 y 6, implica menos riesgo de obesidad. Sin embargo, los médicos recomiendan excluir de una dieta adelgazante las grasas animales: aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. La razón de que las grasas animales incrementen el riesgo de enfermedades coronarias es porque aumentan los niveles de colesterol malo en el organismo.
Mito #4: El agua durante las comidas engorda
El agua no aporta calorías, y por tanto, no engorda. Si se toma antes o durante las comidas, sacia y evita consumir otros alimentos que sí son calóricos. Uno de los beneficios de beber bastante agua es que diluye los jugos gástricos y hace que las digestiones sean mejores. Si tomas más agua orinarás más para mantener el nivel de agua de tu cuerpo, pero no engordarás.
Solución: Se recomienda beber al menos entre un litro y medio (ocho vasos) y dos de agua al día para reponer los niveles del organismo
Mito #5: La cerveza es la bebida más calórica
La cerveza hincha porque tiene alcohol y gas, y los hidratos de su malta. Pero diversas investigaciones aseguran que la aportación calórica de la cerveza es muy inferior a la de otras bebidas alcohólicas y a la de muchos refrescos.
Una caña de 200 ml apenas aporta 90 cal. Su consumo moderado supone un 4% de las calorías totales de la dieta de un hombre y el 3% de la de una mujer. Pese a que tiene numerosos nutrientes y algunas virtudes beneficiosas para el organismo (es diurética, calmante...), hay que recordar que es una bebida alcohólica y conviene consumirla con moderación.
Mito #6: Los alimentos integrales adelgazan
Los productos integrales usan harinas ricas en fibra en su producción, frente a los "blancos", que usan harinas con escaso contenido en fibra. Los alimentos integrales aportan menos calorías que los comunes a igualdad de peso, por lo que pueden engordar menos. Sin embargo, no adelgazan.
Solución: Consúmela porque su fibra:
Aporta volumen y sacia.
Regula el tránsito intestinal.
Estimula el proceso que moviliza los alimentos a través del aparato digestivo.
La fibra retiene los ácidos biliares, precursores del colesterol, retrasa la absorción de la glucosa e impide la presión de las heces en el tracto intestinal.
Aporta volumen y sacia.
Regula el tránsito intestinal.
Estimula el proceso que moviliza los alimentos a través del aparato digestivo.
La fibra retiene los ácidos biliares, precursores del colesterol, retrasa la absorción de la glucosa e impide la presión de las heces en el tracto intestinal.
Mito #7: El cerdo es el más graso de todas las carnes
Depende de la pieza en cuestión. Un nuevo estudio del Departamento de Agricultura de Estados Unidos revela que los seis cortes de cerdo más comunes tienen hoy menos grasa que hace 15 años.
Depende de la pieza en cuestión. Un nuevo estudio del Departamento de Agricultura de Estados Unidos revela que los seis cortes de cerdo más comunes tienen hoy menos grasa que hace 15 años.
También, que el lomo de cerdo es hoy tan magro como la pechuga de pollo sin piel (contiene 2,98 g de grasa por porción, frente a los 3,03 g de la de pollo).
Los cortes del cerdo que se consideran magros son: la cabeza de lomo, la cinta de lomo, la chuleta de centro, la chuleta de costilla y el solomillo. El cerdo magro aporta 150 cal por 100 g, frente a las 182 cal de la ternera o las 142 del pollo. Además, tiene proteínas, vitaminas B, fósforo y zinc.
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